Los ataques tuvieron un impacto significativo en los mercados mundiales... La Reserva Federal redujo temporalmente sus contactos con bancos por la falta del equipo perdido en el distrito financiero de Nueva York.
En horas se recuperó el control sobre el suministro de dinero, con la consecuente liquidez para los bancos. Los índices bursátiles New York Stock Exchange (NYSE), American Stock Exchange y NASDAQ no abrieron el 11 de septiembre y permanecieron cerrados hasta las 15:30 del 17 de ese mismo mes… Los sistemas del NYSE no fueron dañados por el ataque, pero los daños en las líneas telefónicas del sistema financiero del World Trade Center impidieron que funcionara.
Cuando los mercados reabrieron el 17 de septiembre de 2001, tras el mayor parón desde la Gran Depresión, el índice Dow Jones Industrial Average cayó 684 puntos (7,1%), hasta 8920, en su mayor caída en un solo día. Al final de la semana, el Dow Jones había perdido 1369,7 puntos (14,3%), su mayor caída en una semana.
Ahora pienso en ese día 11 años después, y en cómo ha cambiado todo.
La caída de las torres gemelas no dejo ninguna duda sobre la explosión de la burbuja puntocom que había comenzado a aparecer un año antes.
Muchos emprendimientos, candidatos a lograr el tan deseado éxito, quedaron en la nada. Después del 9/11, “we were all the walking dead”. No había más aire para startups con grandes sueños.
Si estabas haciendo dinero, lograbas sobrevivir. Si habías hecho dinero antes, podrías salir del temporal. Pero todo lo demás… liquidado.
“We lost a whole generation of startups”.
Era verdad. El invierno nuclear tuvo sus efectos en Silicon Valley. El capital de riesgo no aparecía, hasta el 2004, tres años después, cuando Google finalmente se hizo pública.
La paranoia se apodero de los creativos, los innovadores… No estaba claro como los emprendedores iban a volver.
El flujo de miles de millones de dólares en inversiones se vio alterado por el ataque. El New York Times publico hace un año, que el costo estimado del 9/11 fue $3.3 trillones de dólares, solo para Estados Unidos. Aproximadamente $7 millones de dólares por cada dólar que Al Qaeda gasto en planificar y ejecutar el ataque.
Tan solo piensa que se podría haber hecho con ese dinero, si se hubiese invertido de otra manera. Educación, reducción de la deuda, competitividad económica, investigación y desarrollo están sedientos aún de dólares.
La Vuelta
El malestar post 9/11 llamo la atención de un pequeño grupo de personas, quienes reconocieron que era parte de un ciclo, aunque más largo. La caída era proporcional, o posiblemente una reacción, al tamaño de la burbuja puntocom. Era más fácil ver el ciclo, si estabas en la posición de invertir.
Afortunadamente, eBay compro PayPal por $1,5 billones de dólares a mediado del 2002. Se conformo un pequeño grupo de inversores conocidos como “The PayPal Mafia”. Este grupo fundo diferentes compañías durante la recesión, notando que era el mejor momento para comenzar una empresa.
Los inversores de Silicon Valley comenzaron a trabajar el dinero nuevamente.
La codicia le gano al miedo, y el ciclo alcista comenzó. ¿Cómo? El espíritu emprendedor. Reid Hoffman comenzó empresas como LinkedIn e invirtió en emprendimientos como Facebook. Lo que llevo a la aparición de la Web 2.0.
Tan pronto como el mercado dio tregua, los optimistas de Silicon Valley comenzaron a predecir la recuperación. Continuaron invirtiendo en nuevas compañías, acelerando la recuperación y acortando lo que podría haber sido devastador para Silicon Valley.
Esto no quiere decir que los ciclos de auge y caída, como el provocado por el 9/11, sean buenos. Pero hay quienes sostienen y fundamentan que la caída puede ser el mejor momento para comenzar una empresa. Solo hacía falta visión para ver que el mundo no estaba llegando a su fin, y que innovando y creando se renovarían las esperanzas.
¿Una era de limitaciones?
Tenemos la suerte de que muchas personas continuaron con sus vidas, llevando a sus hijos a la guardería, y actuando como si el 9/11 fuera un día más.
Emprendedores que no se permitieron vivir en un mundo con miedo y preocupación, que limiten su imaginación, que no dejaron que el 9/11 les lleve su inocencia para crear algo nuevo.
La valentía de estos emprendedores, hizo que en esta década pasada, se haya visto una gran aceleración de la innovación, y una gran evolución tecnológica
La posibilidad de que sus proyectos fracasen eran mucho más amplias. Y sin embargo, sabían que era necesario emprender. Posiblemente se olvidaron de los obstáculos. No se dejaron ganar por la negatividad para salir adelante.
Si, el 9/11 nos recordó cuan peligroso puede ser el mundo. Pero el trabajo de los emprendedores, es dejar volar su imaginación. Darse el lujo de crear sin miedo.
¡No dejes que el mundo se interponga en tu camino!
¿Qué estabas haciendo el 11 S de 2001? ¿Recuerdas como te enteraste del atentado a las Torres Gemelas? Cuéntanos dónde estabas y como viviste ese día.
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